Kris Thykier obtuvo la película de Madonna "W.E." en la Primavera de 2010, y la trató como a cualquier otra producción: ofrecer la visión del director, a la par que hacer algo comercial.
"No hubo derroche aquí", dijo Thykier. "Sabíamos lo que sentíamos que la película debería costar en términos de oportunidades de mercado, y luego emparejar la ambición de Madonna para la película con ese presupuesto fué un desafío".
Ambicioso era. La cinta, de 15 millones de dólares, es su segunda como directora y fué financiada por la cantante con el crédito fiscal del Reino Unido. Está estructurada como dos historias de amor paralelas: una mujer divorciada contemporánea se consume por el amor de Wallis Simpson y el rey Eduardo VIII.
Dos historias entrelazadas que abarcan cinco décadas y rodadas en 100 localidades en tres países distintos es el tipo de estructura que altera hasta incluso a los muy experimentados directores - especialmente cuando dos de los cuatro temas principales son tan icónicos como Wallis y Eduardo.
"Wallis era un icono de la moda y por lo tanto los trajes y las joyas eran aspectos importantes", dijo Thykier. "Vivían en una enorme opulencia, en el mundo aristocrático y con la escenografía y el vestuario necesarios, nos hemos visto obligados a hacerlo bien".
Eso significaba recurrir al reparto correcto, que incluye a Andrea Riseborough como Wallis y a Abby Cornish como su homóloga de hoy en día, Wally, y conseguir un equipo que podría llevar esos detalles a la pantalla.
Entró la diseñadora de vestuario Arianne Phillips ("Knight And Day"), la diseñadora de peluquería y maquillaje Jenny Shircore ("The Young Victoria") y el diseñador de producción Martin Childs ("Shakespeare In Love").
"Madonna tenía una idea muy clara del mundo que quería crear", dijo Thykier. "Pero lo que era impresionante era su deseo y la facilidad con la que quería colaborar con la mejor gente posible".
Thykier hace hincapié en que la película es en gran medida una visión novelada del romance del duque y la duquesa y de su vida juntos, pero está "respaldada por una investigación histórica enorme". "Lo que queríamos era llegar a una verdad sobre ellos y la verdad acerca de su mundo sin que necesariamente se creara una película biográfica".
Thykier espera que las audiencias juzgarán la película por sus propios méritos, y no como un producto de Madonna. "Cuando una entidad emblemática mundial está involucrada, será interesante ver cómo reacciona la gente a eso y si la gente puede juzgar la película sin su propio bagaje o la forma en que se han sentido sobre Madonna durante 30 años".