1 de septiembre de 2011

Festival de Venecia: Critica de la película W.E. Telegraph




Telegraph 3 estrellas de 5

¿Una película dirigida por Madonna que se ocupa en parte en la historia de amor entre el rey Eduardo VIII y la señora Simpson? Una idea curiosa, y no un verdadero atractivo. Sin embargo, W.E. es bastante mejor de lo esperado, es audaz, confiada, y no sin momentos de diversión.

Aún así, es sin lugar a dudas una extraña mezcla. Madonna (quien también fue co-escritora del guión junto con Alex Keshishian) ha diseñado una historia de dos niveles de dos parejas: los Windsor, y la atracción cada vez mayor entre Wally Winthrop (Abbie Cornish), una mujer contemporánea de Manhattan, y Evgeni (Oscar Isaac), un guapo guardia de seguridad ruso que trabaja en Sotheby.

W.E. salta todo el tiempo, del romance de los Windsor en ciernes, el escándalo y la abdicación. Mientras tanto vemos a Wally iniciar su romance con flores regaladas de Evgeni. ¿Quién es él, le pregunta a una amiga? Resulta que él es un intelectual ruso de los barrios bajos y que trabaja como guardia de seguridad. Son muy baratos, al parecer.

Todo se ve bien, o por lo menos brillante, a la manera de la gama de los anuncios de cosméticos. Lugares exóticos (Portofino, Cap d'Antibes) son visitados y los nombres de marcas de lujo (Moet, Cartier, Schiaparelli) expuestos en todas partes. Wally paga en repetidas ocasiones las visitas de una subasta de los bienes de los Windsor. W.E. a menudo se siente como un infomercial extendido por el Sotheby de Nueva York.

Ocasionales destellos de ingenio se entrometen. "Su Majestad, usted sabe que su camino hacia el corazón de una mujer", comenta Wallis. "Yo no era ese objetivo tan alto", responde. Pero esos momentos son muy raros.

Sin embargo, Riseborough y Cornish se desenvuelven bien, y pueden apelar a las mujeres más jóvenes con un ejemplo de como vestir a la moda. Uno sospecha que Madonna ve a los Windsor principalmente como iconos de estilo, su versión de su vida es una fantasía que no trae problemas a los historiadores. Sin embargo, curiosamente, eso es un alivio después de tantos documentales rancios, y series televisivas de esta desagradable pareja.