Su más reciente altercado con la Policía le valió nueve puntadas en la frente. Y este es sólo uno más de los reportes de prensa que retratan la actividad delictiva de Anthony Ciccone, el hermano “homeless” de Madonna.
Desde hace casi tres años, Ciccone fue despedido de la vinatería de su propio padre por tener problemas con la bebida.
A partir de entonces se le ha visto acompañado de otros vagabundos por las calles de Michigan, una de las ciudades más frías de Estados Unidos, donde las temperaturas llegan a menos 10 grados centígrados.
“A mi hermana multimillonaria no le importa si vivo o muero”, ha declarado cuando la prensa se le acerca para reportar sus recurrentes casos de allanamiento, como el sucedido el mes pasado, en el que el hombre de 56 años se negaba a abandonar unos baños públicos.
Tras forcejar con la mujer policía que lo conminaba a salir del lugar, la oficial lo sometió tomándolo de la espalda y tirándolo al piso. Fue entonces cuando Ciccone, reportado como altamente intoxicado, se golpeó la cara contra el suelo.
En marzo, Anthony fue acusado también de allanamiento cuando se acomodó en un sillón frente a una chimenea dentro de la Librería Horizon y se negó a salir cuando los empleados se lo pidieron.
Anteriormente, pasó un mes en prisión luego de ser arrestado por intoxicarse en una iglesia, donde supuestamente maldijo delante de unos niños. Aun así, Ciccone afirma que no tiene problemas con el alcohol.
A pesar de sus afirmaciones de que su familia lo ha abandonado, tanto el padre de Madonna, Tony, como la cantante, le han pagado en diferentes ocasiones sus tratamientos de rehabilitación. Pero ha reincidido en el vicio y ahora se niega a recibir este tipo de ayuda.
“Nunca quise a Madonna y ella nunca me quiso. Nunca nos quisimos el uno al otro”, sostiene.
De acuerdo con el Daily Mail, Ciccone cree que para su familia él sólo es “una vergüenza”, por lo que si muriera congelado en la calle, su padre se sentiría aliviado.
Sin embargo, su progenitor le ha ofrecido devolverle su antiguo trabajo, siempre y cuando se someta a un tratamiento para controlar su alcoholismo.
La trágica existencia de Anthony, que incluye el abandono de su pareja y no ver a su único hijo en la última década, no podría ser más contrastante que la de su famosa y rica hermana, apenas dos años menor que él, y cuya fortuna fue valuada hace poco en mil millones de dólares.