11 de diciembre de 2013

Santa #Madonna. Reseña del más grande escándalo religioso del Pop


¿Qué hubo detrás del 'sacrilegio' de 'Like a prayer'? Una gran jugada comercial, un papelón de Pepsi y, también, un esfuerzo sincero de la cantante por ajustar cuentas consigo misma.

En mayo de 1986, Coca-Cola y Pepsi-Cola libraban una de las batallas más cruentas de la historia de la industria de refrescos. Se gastaban millones y millones en publicidad por conquistar el numero uno de ventas. Así que se mataban igualmente por lograr los numero uno de la música norteamericana. La estrategia más agresiva fue la de Pepsi, que le había dado 10 millones de dólares a Michael Jackson, tras el éxito de 'Thriller'. La inversión exigía a la estrella protagonizar un largo anuncio televisivo e incluso una película promocional. En uno de aquellos clips, al 'rey del pop' se le incendió el pelo. Whitney Houston también fue contratada , pero los ejecutivos quisieron llegar más lejos , justo hasta las orillas de una auténtica 'madonna'. Pepsi le pagó a la nueva reina del pop cinco millones de dólares para que fuera la nueva imagen de Pepsi.

A comienzos de 1989, Madonna ya había hecho el anuncio 'Make a wish', el nombre de la nueva campaña de Pepsi.. El objeto del deseo por supuesto era una Pepsi. Pero Madonna también gestionaba un plan comercial para convertir su nuevo album 'Like a prayer' en el mayor escándalo de toda su carrera, calculando incluso, exageradamente, los conflictos que iba a tener con su generoso espónsor. En el anuncio de Pepsi se veía a Madonna en una peluquería, observando una vieja película en blanco y negro de ella misma cuando era una cría en uno de sus cumpleaños, bebiendo la vieja botella de cristal de Pepsi. Más adelante, el filme muestra a la Madonna real con una lata contemporánea de Pepsi. El anuncio quería conquistar a dos generaciones.

Todo el aparato publicitario iba ligado a los Grammys de aquel año y la actuación de la 'prima donna', que en la alfombra roja apareció acompañada por el otro rey, Michael Jackson. El mecanismo publicitario llegaba al éxtasis cuando la bebida te decía que estuvieras donde estuvieras no te podías perder el anuncio de Pepsi de dos minutos, más el video de 'Like a prayer', la nueva canción-sensación de Madonna. Pepsi había comprado a la CBS, NBC y ABC. Esperaba que el anuncio lo vieran al menos 250 millones de personas. También iba a emitirse en otros 40 países.

Amante del propio Dios.

El video de 'Like a prayer' era un experimento espiritual, religioso y sexual. Casi una confrontación. Era también una espléndida celebración carnal del amor. Pero, ¿de qué amor? Dado el intrigante e ingenioso tratamiento de la letra de Madonna, el objeto lírico de su devoción podría ser una amante o... el propio Dios redimido. Madonna cantaba 'prayer' ("oración") con cierta devoción y respeto, como si se relacionara con un poder superior. Pero, claro, las frases de "estoy de rodillas" y "quiero llevarte allí" evocaban imágenes que todos podíamos imaginar sin ser muy perversos.

Era una canción repleta de dobles sentidos. Madonna incluía un homenaje al amor sobre un fondo de coros angelicales y celestiales. Madonna consiguió que el video destilara un aspecto típicamente religioso, pero también una tensión sexual subyacente muy implícita.

La directora del video, Mary Lambert decía que 'Like a prayer' le pareció siempre una canción sobre el éxtasis más que otra cosa. Pero el éxtasis sexual y su vinculación con lo religioso. La propia directora tuvo que auto censurarse muchas escenas que la cantante le había sugerido. En el video Madonna quería aparecer haciendo el amor sobre un altar religioso. Madonna se conformó con que fuera una "experiencia multiracial", pero en el propio altar.

Angelito negro.

Madonna aparecía besando a un santo negro, encarnado por el actor Leon Robinson. Bailando delante de unas cruces ardiendo, vestida con apenas unas enaguas negras. y , por fín, haciendo el amor sobre un altar,con un hombre de color. Otra vez, Robinson. Su amante, claro, dentro de la trama de la pequeña película, había sido acusado injustamente de haber cometido un asesinato. Madonna, con el pelo oscuro, bailaba con desenfreno dentro de la iglesia en ropa interior, como si supiera que estuviera provocando un escándalo y estuviera impaciente por ver qué ocurría.

Lo que ocurrió fue que los colectivos religiosos saltaron contra ella como animales heridos. Sobre todo, el reverendo Donald Wildmond, con más de un millón de fieles seguidores, que pidió la "muerte" de Madonna y de Pepsi. Wildmond también presentó una demanda contra la compañía , algo que ya había hecho anteriormente con 'La última tentación de Cristo', la película de Martin Scorsese.

El acoso acorraló a Pepsi y a sus filiales. Es decir, Kentucky Fried Chicken , Taco Bell y Pizza Hut. Los ejecutivos de la Pepsi estaban contra las cuerdas , todavía tratando de defender la sutil línea que separa la expresión artística de la propia publicidad. El papa Juan Pablo II se unió a la reyerta y anunció que deseaba que Madonna tuviera prohibida su presencia en Italia. Con millones y millones de pérdidas, los ejecutivos de Pepsi cedieron ante la presión mundial.

Cinco días después de la aparición del anuncio lo prohibían para siempre. Ni siquiera se tomaron la molestia de pedir que Madonna les devolviera sus cinco millones de dólares. El daño estaba ya hecho. El grave error de los ejecutivos, que fueron puestos de patitas en la calle, es que se habían centrado en su anuncio y ni siquiera se habían dignado en ver el video de 'Like a prayer'.

Para más peitencia, el video fue el ganador de los premios MTV, que patrocinaban precisamente la Pepsi. Cuando Madonna subió al escenario, se burló de Pepsi de manera cruel. Dijo: "Supongo que, al final, les gusto de veras. Me gustaría darles las gracias, otra vez. Gracias, Pepsi".

La bragueta femenina.

Madonna había alcanzado su éxtasis como artista. El álbum vendió mundialmente más de 15 millones de ejemplares. En la portada había unos vaqueros y la bragueta. Warner no le permitió que la cremallera estuviera abierta y se pudieran ver algunos pelos púbicos, tal como había dispuesto la propia Madonna. En realidad, la portada era como una respuesta feminista y maniquea a la portada de 'Sticky fingers' de los Rolling Stones, con la bragueta de Mick Jagger, concebida por Andy Warhol. Jagger siempre fue uno de los grandes sueños eróticos de Warhol.

Madonna había recurrido también a sus experiencias religiosas cuando era una niña. Toda sus obsesiones quedaban reflejadas en algunas canciones del álbum. Por ejemplo, la muerte de su madre en la extraña 'Promise to try'. El album entero estaba dedicado a ella. Madonna sólo tenía cinco años cuando perdió a la 'sua mama'. Como buena 'italiana', trataba descaradamente la importancia de la familia en 'Keep it together'. Hasta la relación extraña con su padre aparecíen el tema 'Oh, father'.

Madonna siempre se quejó de que su madre había sido una beata insoportable. Que en Pontiac, en Detroit, donde vivía, en su casa siempre había monjas y sacerdotes. Amén de que toda la casa estaba repleta de iconografía católica. La madre de Madonna estaba obsesionada con las imágenes y las pequeñas estatuas de del Sagrado Corazón. Madonna incluso había llevado hábitos de casi monja en su escuela primaria.

Su familia le hacía rezar diariamente frente a la imagen del Sagrado Corazón, en una especie de altar que había en el rincón favorito de la casa. Pero lo extraño y equívoco es que Madonna, en cambio, siempre abusó de la iconografía de los rosarios y de la imagen de la cruz durante toda su carrera. Su primer gran éxito trataba de acabar con la mitología de la virginidad. El tema se llamaba 'Like a virgin'. Hasta su primera recopilación de éxitos le puso el nombre de 'Immaculate collection'. Era su manera de invocar a sus propios demonios. Su madre fue la que le puso el nombre de Madonna, pero jamás renegó del nombre y todavía se enfada cuando alguien la llama Madge.

Su catolicismo siempre ha estado en su subsconsciente. Tanto que es cierto que cuando la mística tradición del viejo judaísmo que es el Kabbalah quiso cambiarle el nombre de Madonna a Esther, ella se negó radicalmente. Es curioso que la génesis de la Kabbalah, del cambio de nombre, proviniera del judío español Moisés de León. El esencial libro del 'Kabbalah' se escribió en España, en el siglo XIII. Al abrazar los dictámenes del libro español, Madonna jamás actúa los viernes por la noche, para respetar el 'sabbat'. Ultimamente, parece que está cansada de tanta mentira de algunos religiosos del Kabbalah , como el padre Philip Berg , que invocando a la astrología y a la reencarnación , acusa a muchos fieles de estar poseídos por por los espíritus del mal. Por ejemplo, la propia Madonna. Pero el caso es que al radical padre le han acusado de quedarse todo el dinero de sus millonarios donantes espirituales, como Madonna.

Nos queda aún, uno de los últimos ataques al Vaticano. Madonna se crucificó 'nuevamente' en Roma, en el verano del 2006, a las puertas del Vaticano, durante su gira 'Confessions Tour'. Madonna se subió a una cruz llena de luces, colocándose una falsa corona de espinas en la cabeza. La cantante siempre supo sacar provecho crematístico a sus continuos 'sacrilegios'. Como si al diablo siempre le gustara, de vez en cuando, disfrazarse de mujer. Esta es, en definitiva, nuestra 'Lady Madonna'.

Fuente: El Mundo.