3 de marzo de 2011

Madder del mes de Marzo: Luis Carlos!



Nombre:
Luis Carlos Pimentel
Edad:
23 años
Madder desde:
2008
Lugar de residencia:
Ciudad de México, D.F.
Discos que escuchas al derecho y al reves:
Confessions on a Dance Floor, Hard Candy, American Life, Bedtime Stories.
Epoca favorita:
Confessions
Canciones favoritas:
Like a Prayer, Vogue, Celebration, Revolver,  Miles Away, Give it 2 me, Hung Up, Sorry, Forbbiden Love, Expres s Yourself, Material Girl, Like a Virgin, Borderline, Music, Ray of Light, Drowned World/Substitute for Love,  Frozen, Take a Bow, Bedtime Story,  Justify My Love, Human Nature, Erotica,  Papa Don’t Preach, La Isla Bonita…
Giras favoritas:
The Confessions Tour,  Sticky & Sweet Tour, Re-Invention Tour
Frase favorita:
“I wanna more, more and more”, “I think Lady Gaga is great… after of me, course”
Mi historia con Madonna:
Mis primeros contactos con la música fueron los heredados por mi padre y por unas peculiares amigas un poco mayores que yo, con sonidos como I Want to Break Free, Another Brick in the Wall, Total Eclipse of the Heart, Sweet Dreams, Funky Town; sólo por mencionar algunos. Así que me hice de un gusto algo ‘retro’ por la música. En la escuela oía  hablar desde Britney hasta Ramstein pero ninguno terminaba de encajar conmigo , hasta que en una ocación escuché I Feel Love de Donna Summer, me había encantado esa canción, me hacía vibrar todo el cuerpo, sus notas, que estaban en la transición de lo High Energy a lo electropop fueron el principio de mi futura fe.
Madonna llegó a mí, tardíamente, a los 20 años. El momento fulminante fue mientras caminaba por la calle y comencé a escuchar una pieza musical que se me hizo familiar, era I Feel Love.
El origen de aquel sonido provenía de un puesto ambulante de videos piratas,  me acerqué con la idea de ver un video de Donna pero en la pequeña pantalla del reproductor se visualizaba un espectáculo de luz y sonido donde aparecía una mujer vestida con una especie de atuendo de jinete, recuerdo que lo que mas me gustó fue la cola de caballo negra que le salía del un sombrero de copa. Fue ahí, en un singular puesto de películas pirata donde tuve mi primer contacto con la Reina del Pop, desde ese momento comenzó mi obsesión, si así se puede llamar, por llegar a ella, por tocar lo divino.Así como Madonna tuvo la pretensión de violentar, tensionar las normas impuestas por una sociedad hipócrita, cuando realizó Justify My Love, Erótica o el espectáculo sugestivamente sexual de The Girlie Show; entonces, yo he depositado ideas de inconformidad, de protesta, de rebelión; en un documental, Aphrodisia, que trata de revelar el rechazo y el control que se tiene de la experiencia sexual; que sin embargo, es consumida privadamente pero de forma masiva.Otro ejemplo que puedo tomar es el del espectáculo de Vogue del MTV Awards Show de 1990. En este espectáculo ella representa una aristocracia típica de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Y es precisamente en esa época, donde nace la noción moderna de la sexualidad, que articula las emergentes ideas científicas, religiosas y filosóficas de lo que antes era íntimo, para pasar a ser un asunto manejado por el estado. A partir de entonces la sexualidad dejaría de ser algo que las personas podían vivir sin prejuicios ni moralidades para convertirse en un conjunto de representación de comportamientos, conductas y prácticas.
Por lo tanto, Madonna se ha convertido para mí, no en un ejemplo a seguir, porque cada quien tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones y caminos; pero sí en una figura, un icono de la cultura occidental moderna y contemporánea.